lunes, 5 de abril de 2010

Yo se el título de esta nota, pero no te lo puedo decir ahora.

Los secretos son una de las tantas contradicciones en sí mismas que más me gustan de la cultura popular. Es la tentación personificada en la peor de sus formas: una cosa intangible que casi siempre es una huevada.
Sólo el ser humano es capaz de darle tanta importancia a algo que por definición, nadie debe saber y para cumplir con eso hace falta que alguien lo sepa primero. Su efecto es corrosivo y vampírico: quiebra la voluntad de la pobre víctima que tuvo la desgracia de enterarse de la pavada en cuestión y genera un hambre de contárselo a todos los seres bióticos. En el peor de los casos te salen ruleros, una pollera con flores que pasa las rodillas y un incontrolable impulso de ir a barrer la vereda.

Principales usos
 
1- Poner a prueba innecesariamente a la gente
"Vos no digas nada... pero..." es la frase más maliciosa que le podés decir a otro ser vivo. Le impusiste una responsabilidad horrible al otro que jamás pidió y empieza la cuenta regresiva a ver cuánto tiempo resiste la tentación de poner alguna indirecta en tu estado de Facebook. Después, le decís la 2da frase malvada:
"Te lo conté porque confiaba en voooooooooos..". Ponete la mano en la frente y tirate al piso desmayado, también.

2- Crear intriga y decepcionar
"Te tengo que contar algo re importante, pero después ". La incauta víctima comienza entonces a ametrallar con preguntas que pueden ir desde las enfermedades terminales, el trabajo, la orientación sexual o el precio de la lechuga criolla. Y cuando se revela el secreto después de tanto sufrimiento, está al nivel de "voy a adoptar un gatito" en términos de importancia.

3- Esparcir información peligrosamente rápido
Los secretos que son revelados sin hacer demasiadas preguntas son tremendos. La víctima siente más que nunca la responsabilidad moral de contárselo hasta la vieja del 4to "B" de algún edificio en donde el no vive para ayudarle a reducir el peso de cargar con esa noticia al poseedor originario del secreto. Esto genera una bola de nieve monstruosa que corre cuesta abajo y arrasa todo a su paso dirigiéndose a destruir esa adorable casita que dice "Intimidad Ajena" en la puerta.

Aprendiendo a usar estas 3 técnicas uno puede sentarse tranquilo a esperar que le den el premio al peor ser humano sobre la tierra, aunque candidatos habemos bastantes. Vos no digas nada... pero... yo se quién es el gran favorito por si querés apostar... pero te lo cuento después.