domingo, 28 de marzo de 2010

El día en que los seres humanos pretendieron hacer algo bueno por un ratito para sentirse mejor con ellos mismos.

Y de repente estaba yo firme haciendo guardia en el laburo mientras vendía cosas chinas a precios sobrevalorados, cuando, de la nada, se manifestó un comunicado proveniente de los más altos poderes. Un sobre blanco cerrado con una calavera de lacre. Esperaba grandes noticias.
 
"Estimados: En este día del planeta nos adheriremos reduciendo el consumo energético apagando un par de luces que dan a la calle. Les SUGERIMOS adherirse haciendo más o menos lo mismo en su negocio y que tomen los recaudos necesarios para prevenir... inconvenientes".

La tiránica forma con la cual nos impusieron la obligación moral de unirnos a la causa es algo que vamos a dejar para otro día. Yo estaba indignado. Mi reacción entonces fue la de encender todavía más luces para que el planeta se parta al medio en ese mismo momento empezando por donde yo estaba sólo para demostrarle a la humanidad que tener caridad con nuestro mundo o cualquier causa que suene bien no va a resolver nada.

El sentido de ejecutar el estúpido plan "Salvemos al planeta un poco, ponele" es sólo inflar un poco más esa maligna parte del cerebro relacionada con el autoestima. Considero que siendo una multinacional que maneja cantidades de dinero incomprensibles para el hombre común podés hacer algo más por el planeta que apagar un rato la luz. Pero no. 

La humanidad se deja llevar por el sensacionalismo inmundo de participar de algo popular sin saber bien qué es pero suena copado, de la misma forma en la cual una aspirante a Miss Mundo desea la paz mundial. No hay que quedarse con apagar 2 focos, con sacar tu foto y poner "nunca más", con ir a una marcha pretendiendo igualdad de derechos sólo porque está llena de chongos y música, con ponerte una cintita roja de mierda o con blandir una escarapela una sola vez al año.

Tenemos atrofiado el ancestral espiriru luchador que alguna vez le tiró aceite hirviendo a los ingleses, dicen. Nadie se une a causas en las que cree y por eso se perdió el significado de "militar", ahora relacionado sólo a hippies socialistas que pretenden arreglar un baño en una universidad y oponerse al poder de turno, o a piqueteros en extremo violentos capaces de poner de escudo humano a sus bebés mientras hace años que los tenés quemando gomas por una salchicha. Y quemar gomas contamina.


Nos convertimos en gente sin causas nobles, sin pasión, sin heroes y sin cruzadas. Mejor me pongo a preparar "la cintita negra doblada en forma de dodecaedro" que conmemore el atrofiamiento moral humano.

5 pé cada una... aaaaaaaa la cintitaaaaaaa negraaaaaaaaaaaa!!!

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